jueves, 28 de enero de 2010

Saca lo peor de ti: viaja en pesero

Ana Verdeja
Ilustración Angustino/Perú


 
   
Muy temprano me despido cariñosamente de mi gente y aunque con un poco de sueño, salgo a trabajar con gusto pensando en que éste será un buen día. Camino unas calles y como todo buen mexicano voy haciendo memoria de que llevo todo lo que necesito para trabajar en lugar de haber hecho una revisión en casa… parece que no falta nada.



Por fin llego a la parada dispuesta a esperar a que pase un pesero que me dejará a una calle del Ayuntamiento de Ecatepec. Después de unos minutos veo venir una pesera grande, es una camioneta vieja tipo van de cuya ventana del copiloto sale el brazo de un muchacho medio mugroso con una gorra roja, el brazo sirve para abrir la puerta trasera mientras el joven grita “¡súbale, súbale San Cristóbal centro! ¡Súbale madre!”…

Espero a que baje una persona, la cual sale por la estrechísima puerta de la pesera como si ésta la hubiera vomitado; yo, meto la cabeza y me doy cuenta de que ya no hay lugar, entonces le digo al chofer que ya va lleno; así que el chafirete en un acto contorsionista se asoma por el diminuto orificio que le sirve para recibir el dinero y dice: “recórransen, ese asiento es para seis”; por su puesto su amabilísimo cacharpo lo apoya: “recórrase jefa, ahí cabe otro”.



A la gente no le queda otra opción que hacer un lugar y a mí no queda otra que sentarme en ese pequeño espacio en el que con trabajos quepo; apenas voy tomando mi lugar y el chofer se arranca desesperadamente por lo que tengo que asirme de algún lado para no caerme sobre la señora que lleva un bebé en brazos, mis ojos buscan un pasamanos o algo pero no encuentro nada, afortunadamente un señor me toma de la muñeca y eso ayuda, le doy las gracias mientras trato de incorporar la mitad de mi trasero en el asiento… la puerta de bandera se azota ruidosamente con la inercia del arranque.

“ Y llegaste tuuuuuu, como primavera en el frío invierno a mi coooraaaazooooòn” … se escucha a todo volumen la banda El Recodo mientras los compañeros del volante fuman y ríen divirtiéndose con las jovencitas que caminan por la calle… cada vez que encuentran a una frenan en seco y la invitan a subir, obviamente la niña quien jamás le hizo la parada se niega; y mientras el chofer arranca con todo, el cacharpo le grita a la estudiante “¡Adiós mamacita, estás bien buena!” ambos se carcajean.



Entre tanto los pasajeros atrás vamos intentando respirar y agarrarnos de algún lado para no caer a cada enfrenòn y arrancón, la señora con el bebé va rebotando para todos lados porque no tiene manos libres para agarrarse.



Por cierto me doy cuenta de lo estrecho que es el espacio en donde los asientos hacen ángulo, las piernas del pasajero que va en ese lugar no entran y entonces tiene que sentarse de lado prácticamente encima de su conciudadano ya molesto, otros prefieren dormir no sé si es para olvidarse de lo indignante que es viajar en el transporte público del Estado de México o porque a los pobres les falta oxígeno pues las ventanas no se abren, están selladas.

“¡De rodillas te piiiido, te rueeeego, te diiiigo!”… sigue a todo volumen el disco pirata con más de 20 éxitos de banda mientras un pasajero de hasta atrás, ya pasó su cuota con la ayuda de todos los demás apretados, asfixiados y humillados pasajeros.

“¡Te cobras uno de Tepexpan , bajo ahí en Totolcingo!” grita el pasajero… acto seguido entre éste y el chofer hay un intercambio de preguntas y respuestas que se repiten y se repiten porque el chofer no escucha nada, hasta que los pasajeros más cercanos al as del volante ayudan a que el mensaje por fin llegue a sus oídos, es entonces cuando el chofer baja el volumen de su estéreo para decir la heroica, la gloriosa frase de “Te faltan 50 centavos may”, el pasajero se baja rápidamente mientras dice “Ya no traigo mano”… la puerta se azota aún más fuerte por la inercia del súper arrancón que evidencia la molestia del chofer.



Los amigos se deshacen en mentadas de madre para el pasajero que se atrevió a robarles 50 centavos y al chofer lo pone tan mal esta situación que no vuelve a poner la amenísima música que venía escuchando, lejos de ello arranca, frena y acelera como loco. No se resigna a la idea de que "ese güey" se haya burlado de él y de su compa y en una muestra de compañerismo el cacharpo le ofrece otro cigarro para que calme su estrés, por supuesto él también enciende uno… ya para entonces el bebé de la señora está llorando.



Para colmo, en días de lluvia el tráfico se pone pesadísimo, casi tan insoportable como el chofer y su cacharpo; pero ni la lluvia, ni los charcos, ni los baches detienen a este cafre, es más ni siquiera una pasajera que le dice tímidamente “¿Podría ir un poco más despacio?”, el chofer contesta: “¡no madre, los demás llevan prisa si no le gusta bájese o maneje usted!”… silencio.

Por fin, después de casi dos horas de camino, llego a San Cristóbal, oliendo a humo de cigarro y con un dolor en la columna. Trato de relajarme y de pensar que nada puede alejarme de la idea de que será un buen día… ¡No, no y no! Sencillamente no puede ser que sigamos tan tranquilos, tan callados y tan como si nada con respecto a lo indignante, humillante y grosero que es el servicio del transporte público en el Estado de México y en el Distrito Federal.

Alguien debería pagarles la escuela a estos criminales, o una terapia a todos los profesionistas que por falta de oportunidades tienen que ruletear. Y es que tener derecho a un servicio de transporte digno debería ser un Derecho Humano.


Odio manejar pero a partir de mañana mi carcacha circulará por los que antes fueron mis caminos reflexivos a través del cristal; adiós lugar favorito atrás del chofer, no más risas por los que vienen cabeceando y a todos aquellos que continuarán el viaje -sin mí- les deseo de todo corazón que lleguen con bien a su destino procurando que al bajar, su vida no haya cambiado en nada.






3 comentarios:

  1. wowww, me gusto, incluso senti la asfixia, calor, y desesperación de aquellos que vivimos la experiencia de viajar en transporte público, aunque claro para vivirla en todo su esplendor no te puedes perder casa parte de esta, porque definitivamente tiene sus diferencias el viajar en micro, combi, metro, metrobus, turibus, camión, taxi, bicitaxi, o no??

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  2. Que padre cronica de una historia de sobrevivencia... Felicidades!!

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  3. Excelente relato, sentí que iba en el transporte!!.. Felicidades!!

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