miércoles, 20 de enero de 2010

Ecatepec centro de trabajo de quienes practican el asalto psicológico

Ana Verdeja




Ecatepec centro de trabajo de quienes practican el asalto psicológico

(Segunda y ultima entrega)

Aunque en la entrega pasada se hizo referencia a casos de Ecatepec, vale la pena decir que estos maestros del engaño son universales; cualquier persona, en cualquier lugar puede ser una víctima de estos ladrones sin escrúpulos que trabajan con la confianza y la inocencia de las personas.



El diario acontecer y el arduo trabajo a veces nos impiden reconocer las actitudes y las palabras que emplea un embaucador que llega nuestro local, casa o que interrumpe nuestra vida cotidiana. Si una persona se acerca a nosotros amablemente es muy difícil que seamos cortantes con ella; pero, el simple hecho de escuchar frases como “se remata”, “estamos regalando”, “debe dar un adelanto de…” son para mostrar una absoluta desconfianza.



Es importante recordar que los embaucadores son personas que hacen de la mentira casi un arte, su postura es siempre amable y dispuesta a esperar el tiempo que sea o por el contrario aparentan ser personas serias que llevan prisa por el “exceso de trabajo”. La verdad es que estos ladrones nos dan muy pocas pistas para reconocerlos; así que de entrada, debemos desconfiar de todo aquél que pida dinero por adelantado para otorgar un servicio o producto.



Es muy importante no mostrar interés en las ofertas aún y cuando éstas sean atractivas, pedirle al “vendedor” una tarjeta de presentación y si éste accede a dejar una, entonces comprobar los datos vía telefónica o acudir a la dirección señalada; pero lo más probable es que si se trata de un charlatán lo único que querrá será tomar el dinero e irse sin dejar rastro alguno.



Lo cierto es que estos mentirosos, orquestarán tan bien sus ardides que incluso pueden estar coludidos con otras personas que contesten el teléfono como si fuera una empresa seria… en fin, el punto es NO SOLTAR DINERO A NADIE DESCONOCIDO.



¿Qué dice la ley?

Según el Código Penal, este delito está tipificado como Estafa y siempre será resultado de un fraude o engaño que llevará a la víctima a cometer un error y lo hará entregar parte de su patrimonio. El ardid, el engaño, el dolo y el “beneficio indebido” son conceptos que utiliza la ley para saber si el ladrón está cometiendo una estafa.

El artículo 172 del Código Penal, señala que: “Será reprimido con prisión de un mes a seis años, el que defraudare a otro con nombre supuesto, calidad simulada, falsos títulos, influencia mentida, abuso de confianza o aparentando bienes, crédito, comisión, empresa o negociación o valiéndose de cualquier otro ardid o engaño”.



La estafa es un delito doloso y exige, en todos los casos, que el autor haya realizado la actividad fraudulenta con el fin de engañar, es decir, con el propósito de producir error en la víctima. También es necesario que el autor obre con el fin de obtener un beneficio indebido y no es necesario que este fin se logre realmente, es suficiente con que haya actuado con ese fin; aunque nuestra legislación no pide expresamente este requisito, él surge implícito de la idea de defraudar.



El daño debe tener un valor o significado económico y puede consistir en cualquier acto que afecte el patrimonio o el derecho a propiedad de la víctima; por ejemplo, puede consistir en que la víctima entregue sumas de dinero, cosas muebles o inmuebles, en que preste trabajos o servicios remunerados, en que renuncie a derechos personales o reales, en que asuma obligaciones, etcétera.

¿Qué dice la psicología?

Según un análisis realizado por especialistas de la Asociación Interdisciplinaria de Salud Ocupacional e Higiene de México, A.C., quienes a su vez consultaron a especialistas de la conducta, se dieron cuenta de que una delas premisas para los embaucadores es “dinero fácil” y logran que esa premisa haga que su comportamiento, como el de todos, tenga más de una personalidad.

El estafador trabaja con el factor sorpresa, su habilidad está en mentir mientras la víctima se recupera del primer impacto de frases o situaciones que no son comunes, por ejemplo, que el embaucador se presente con acento extranjero (español o argentino), que sea bien parecido, etcétera.

Son calculadores, audaces y carismáticos, estudian los reflejos y actitudes para seguir avanzando en la consumación del fraude. No hay duda de que el embaucador ya ha observado previamente a la víctima, sabe cosas como en qué horario se queda sola, si predomina algún color e incluso conocerá datos como su dirección particular, su nombre o el de algún familiar y no dudará en utilizarlos para hacer la plática más confiable y usará frases como “tengo un pariente que es vecino suyo”.

El estafador muestra gran seguridad en si mismo, expone sus argumentos de engaño con gran naturalidad, su objetivo es persuadir y convencer, cosa que generalmente logra con facilidad, incluso a personas inteligentes y con alto grado de estudios. Para él es importante brindar una imagen de status social elevado, ocultando su verdadera identidad. Se conduce en forma inteligente, es observador, simpático, hablador, tiene la capacidad de utilizar el lenguaje verbal como técnica para persuadir a los demás, es imaginativo, adulador, así como capaz de improvisar de forma rápida.

La Asociación Interdisciplinaria de Salud Ocupacional e Higiene de México, A.C hace una serie de recomendaciones que le pueden ser útiles para evitar ser sorprendidos:

• Evite, tanto de parte de usted como de su personal dar datos, los cuales pongan en peligro su integridad y la de ellos.

• No abrir puerta a extraños que no se identifiquen plenamente

• Solicite a quién visitan y el asunto

• Eduque a su personal para que visitas no conocidas deambulen por oficinas o lugares privados

• Coloque en sus instalaciones barreras disuasivas tales como: puertas, barras, cámaras, etcétera.

• No dé pormenores de sus instalaciones

• Dude hasta de su propia sombra

• No se deje llevar por sus sentimientos

• Sea analítico, no se vaya con la primera impresión

• En caso de la entrevista, sea objetivo y analice gestos ademanes y otros detalles que usted piense le pueden servir

• Si tiene duda, en forma discreta comunique a su personal para que esté alerta

• Determine un plan B para un caso de emergencia

• Tenga a la mano un directorio de emergencias, los cuales contengan el número de la policía

• Coloque un botón de emergencia, el cual pueda accionar para un caso de emergencia

• Utilice su sentido común, no se deje impresionar

Cuando conozca una persona con las características señaladas, alértese y esté pendiente de lo que le quiere pedir o proponer… Extremar precauciones marcará la diferencia.

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