miércoles, 20 de enero de 2010

Peña Nieto evade estar en la candela política… ¿será?

Anita Verdeja


Peña Nieto evade estar en la candela política… ¿será?

Seguir a nuestro gobernador Enrique Peña Nieto ha resultado ser un trabajo no sólo de distancia y tiempo, sino también se ha necesitado de una visión más o menos felina y de agudizar no sólo los oídos sino la visión sobre el segundo plano, pues a veces o mejor dicho siempre es más importante lo que pasa detrás que lo que pasa al frente o incluso lo que no pasa…

Hoy los medios estamos expectantes, sigilosos y a pie puntillas analizando cada paso que da ese hombre que hasta hace algunos meses era una persona brillante, de gran personalidad que rebasa por mucho la media de galanura a la que nuestros feos políticos nos tienen acostumbrados, joven, amable, serio y por todo lo anterior “confiable”.

Tanto ha permeado el estilo del gobernador que muchos políticos de la entidad y del país hoy saben que la imagen es importante, que ser guapo si “rifa”, que ser serio si impone, que sonreír acerca y que además de todo lo anterior, usar el lema de “Te lo firmo y te lo cumplo” tiene arrastre sin duda alguna.

Y más aún, tanto ha permeado el estilo del gobernador, que no sólo políticos priistas han hecho de él –de su estilo- una fórmula del partido, sino que también los demás partidos se encuentran en la búsqueda desesperada de aquel hombre que pueda competir contra tantas “cualidades” juntas, que de entrada y de pura vista lleva unos cuantos votos de ventaja a la gran mayoría de nuestra fauna política.

Pero hoy, la lectura comienza a ser diferente, al parecer la brillantez del guapo y carismático político Peña Nieto empieza a convertirse en un recuerdo, cercano, pero recuerdo al fin. Hoy vemos al gobernador cada vez más serio, cada vez más a prisa y cada vez más cuidadoso con las palabras que usa para referirse a algunos asuntos que atañen directamente a toda la sociedad mexicana.

Desde antes del 5 de julio, Peña Nieto comenzó a ser blanco de críticas, fue asediado por los medios de comunicación, se revelaron asuntos de su vida personal en revistas del espectáculo, se cuestionó y aún sigue en el tintero periodístico su posible nexo comercial y millonario con la empresa Televisa que según el escritor Jenaro Villamil es absolutamente comprobable y ha dicho que él tiene documentos que fundamentan lo que ha escrito en su libro “Si yo fuera presidente, el reality show de Enrique Peña Nieto” y por su puesto, la mira que sus enemigos políticos han puesto sobre su relación con los viejos dinosaurios priistas del famosísimo y legendario grupo Atlacomulco.

Hace algunos días, el gobernador mexiquense fue invitado a dar una ponencia en un congreso organizado por el periódico The Economist, en dicha ponencia Peña Nieto tocó asuntos importantes sobre los que habló muy suavemente, dijo cosas y emitió opiniones que no tuvieron el impacto que muchos esperaban de un hombre que se ha convertido en –por lo menos- el presunto candidato a la presidencia de la República del tricolor.

Su discurso abundó sobre los asuntos que todo el mundo conoce, la pobreza, la falta de educación y de oportunidades para los grupos más vulnerables del país, la falta de empleo y de programas de ayuda popular, en fin, trató temas generales usando lugares comunes: criticando las políticas actuales y evitando dar datos estadísticos o históricos, quizá, para no meterse en el berenjenal de la discusión y la polémica de ese momento.

Después del evento algunos politólogos y analistas alzaron la voz para decir que Peña Nieto había desaprovechado una oportunidad de oro, pues –según ellos- era el momento de demostrar si es un estadista de buena madera o un político de mediana envergadura que no tiene información, ni preparación, ni interés en dar soluciones reales, en emitir críticas punzantes cuyas opiniones enérgicas pudieran tener injerencia de algún peso nacional.

Asimismo, en últimas fechas los reporteros de la fuente lo han acechado con dos temas fundamentales; el primero, es sobre su relación con la empresa Televisa y decidido a restarle importancia al asunto ha dicho que no volverá a contestar esa pregunta, que su relación con los medios es totalmente legal y que el tema incluso le parece una cuestión trillada y del pasado.

Por otro lado, las entrevistas han circulado en torno a su opinión sobre el paquete económico y sobre la postura de su partido ante este tema; el gober ha evadido olímpicamente dar una respuesta que verdaderamente represente su opinión personal, ha dicho cosas como “debemos esperar la decisión de los diputados”, “hoy las cosas están en el senado y debemos esperar”, “confío en que las decisiones se tomen a favor de los mexicanos”, es decir, nada que comprometa su pensar.

En algún momento de toda esta historia, también se dejó escuchar la voz de Carlos Salinas de Gortari y sabiendo lo que su palabra representa para la vida política del país, Salinas dijo que un buen candidato podría ser el gobernador de Veracruz, Fidel Herrera Beltrán; hoy, también ha alzado la mano la presidenta nacional del tricolor Beatriz Paredes.

Todo lo anterior me parece absolutamente sospechoso, el equipo de imagen y estrategas de Peña Nieto no podrían dejar pasar por alto tantos desaciertos, tantas evasivas, no es lógico que teniendo a la “persona ideal” permitan que se destiña hasta volverse gris en tan sólo unos cuantos meses.

El hecho de que Salinas de Gortari haya hablado de esa manera nos hace pensar y preguntarnos que tal vez Peña Nieto no sea el elegido por los priistas y que existen otras posibilidades, otros políticos que también podrían llegar a la candidatura o, con suerte, a la presidencia de la República.

Simplemente no lo creo, me parece un intento por desviar la atención de la prensa y de los otros partidos en nuevas direcciones y nuevos blancos. Creo que en la última reunión de los priistas en la que supuestamente intercambiaron ideas sobre el paquete económico y en el que decidieron cerrar filas, más bien hablaron sobre hacer un frente común y proteger a toda costa a su “golden boy”; estoy segura que más de uno está dispuesto a que le corten la cabeza con tal de que el PRI siga conservando el poder en el próximo 2012 y el único hombre que hasta hoy pude garantizar esa posibilidad es Enrique Peña Nieto.

El hecho de que Peña Nieto no quiera hablar de ciertos asuntos sociales, económicos, culturales, etcétera, no es exactamente que no domine el tema (aún y cuando la ligereza sea parte de sus discursos); más bien creo que es línea que le ha sido dada desde el partido: Enrique Peña Nieto no debe comenzar a hablar como si ya fuera presidente; es muy temprano para que hable con autoridad y voz de mando, aún debe permanecer navegando con la bandera de “un priista más”.

Pero debo aclarar que esas sospechas no vienen a mi gratuitamente, lo dice la historia, es una costumbre del PRI realizar este tipo de frentes comunes en torno a sus figuras presidenciables, es una práctica recurrente entre los priistas y aunque hoy el famoso “dedazo” se ha desvanecido en los archivos de la historia política más oscura de nuestro país es cierto que hoy por hoy cada integrante de las filas del tricolor tiene un solo nombre en la cabeza: Enrique Peña Nieto.

No hay comentarios:

Publicar un comentario